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Rojeces, irritación, acné, sensibilidad, alergia… estos problemas en la piel a menudo aparecen con el paso del tiempo. Aunque puedan parecernos repentinos, se han ido gestando poco a poco debido al uso continuado de cremas con ingredientes químicos agresivos.

La piel no es una barrera infranqueable, ciertas sustancias penetran y van acumulándose en nuestro organismo causándonos distintos trastornos cutáneos. En este post te damos tres buenas razones para hidratar tu cara con crema natural, especialmente si tienes la piel sensible o delicada.

¿Por qué natural?, o los peligros de las cremas convencionales

La inmensa mayoría de las cremas hidratantes, cremas humectantes y otros cosméticos para el cuidado facial están fabricados a base de ingredientes de síntesis química o derivados del petróleo. Parabenos, siliconas, parafinas y sulfatos, entre otros, que son alergénicos y agresivos para la piel.

Los hay que contienen uno o varios ingredientes naturales adecuados, beneficiosos, si bien el resto destruye la capa lipídica o barrera protectora natural de la piel, obstruye los poros, no se metaboliza, contamina las células… Lo que, a su vez, ocasiona problemas cutáneos como:

  • Rojeces e inflamación.
  • Descamación.
  • Irritación, quemazón y picazón (prurito).
  • Acné cosmético.
  • Lagrimeo, al entrar los químicos en contacto con los ojos, alergias e hipersensibilidad (similar a la alergia) cutáneas.
  • Afecciones o enfermedades de la piel como dermatitis o eccema.

Aun en proporciones pequeñas, estas sustancias pueden ser tóxicas por interacción con las sustancias de otros productos de higiene y cosmética que utilicemos o por acumulación en el organismo. Esta es la razón por la que algunos problemas de piel se manifiestan a largo plazo, transcurridos los años.

Pieles «delicadas», fórmulas no agresivas

Piel sensible es aquella susceptible a los factores ambientales externos (sol, viento, cambios bruscos de temperatura, polución…), a los que reacciona con sequedad, enrojecimiento, irritación y/o picor. Este tipo de piel precisa cuidados especiales mediante cosméticos de origen natural; las fórmulas hidratantes en base química o base petróleo agravan los problemas de sensibilidad.

También la piel seca y la piel grasa. La primera tiende a la deshidratación y la falta de lípidos (aceites), es de aspecto áspero, descamado y susceptible asimismo a los agentes externos; la piel grasa se caracteriza por poros de gran tamaño, brillos al producir más sebo del necesario e impurezas. En este otro post te explicamos los tipos de piel que existen, comprueba cuál es el tuyo.

En la piel seca, la aplicación tópica de cremas faciales, ungüentos o pomadas con ingredientes agresivos puede empeorar la sequedad o xerosis cutánea al destruir la capa lipídica protectora natural. Y en las pieles grasas, provocar acné cosmético por obstrucción de los poros, con aparición de comedones o espinillas, pápulas y pústulas.

3 beneficios de hidratar con crema natural

Con el uso de una crema hidratante natural nos aseguramos, en primer lugar, de no estar aplicando sobre la piel sustancias de dudosa seguridad que puedan causarnos problemas cutáneos a corto o largo plazo. Además, hidratar la cara con crema natural supone:

  • Refuerzo de la barrera de protección natural. Sus ingredientesactúan restableciendo el equilibrio del manto lipídico o acuoso-lipídico, proporcionando hidratación y alivio. Sobre la piel seca, la crema crea una película protectora que retiene la humedad y los lípidos naturales —agente humectante—, combatiendo y previniendo la sequedad.

En la piel grasa, aceites vegetales como los de jojoba, oliva o almendras regulan el sebo. Al ser miscibles (mezclables) con el sebo generado por nuestra piel, forman una fina capa lipoidea no grasa de aceite y sebo. Sus acciones antibacterianas desincrustan, además, los poros evitando la aparición de espinillas o puntos negros.

  • Hidratación y nutrición profundas. Cuando se aplican, estos aceites de origen vegetalasí como sus vitaminas, minerales y ácidos grasos (ácido oleico, ácido linoleico y ácido linolénico, entre otros) penetran poco a poco hasta las capas subcutáneas, o capas más profundas de la piel.

A diferencia de las cremas hidrantes convencionales, cuyas siliconas crean una superficial y falsa —dura hasta que la crema se cae— sensación de hidratación, estos ingredientes naturales hidratan y nutren la piel en profundidad. No se limitan únicamente a la capa más externa.

  • Efectos duraderos. Sustancias como la rosa mosqueta o el aceite de cáñamo, gracias en buena medida a sus flavonoides, actúan desde el interior celular nutriendo las células y estimulando su regeneración y reestructuración. Lo que conduce a cambios reales y sostenidos en el tiempo.

La manteca de karité recubre la piel protegiéndola de la sequedad y el deterioro promovido por la radiación ultravioleta —filtro solar natural—. Y el propóleo ejerce una destacada actividad antibacteriana, antiinflamatoria, cicatrizante —agente antiacné— y promotora de la síntesis de colágeno —agente antiedad— (post).

En Propol-mel no empleamos compuestos químicos o derivados del petróleo de dudosa seguridad para las personas. Todas nuestras cremas y productos de cosmética se elaboran con ingredientes 100 % naturales.

Si tu piel es madura o está especialmente seca y deteriorada, puedes alternar y/o completar el uso de la Crema facial natural de própolis con el Ungüento de própolis.

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