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Se trata de condiciones médicas bastante comunes en los pacientes, hombres y mujeres, que acuden a la clínica de medicina genitourinaria. Condiciones o trastornos que pueden además ser crónicos, recurrentes o persistentes. Pero hablar de ello suele ocasionar pudor.

Nosotros en este post vamos a hablarte, hablarte sin tapujos, de la balanitis y el anillo fimótico, qué son,sus causas y terapias de tratamiento. Te contamos, por último, cuáles son los hábitos de higiene más apropiados y cómo puede el propóleo ayudarte si sufres o eres propenso/a a sufrir estas u otras afecciones genitales como la candidiasis.

Balanitis y anillo fimótico: ¿qué son y a qué se deben?

La balanitis es la inflamación o hinchazón del glande. El glande, o parte final del pene, se denomina asimismo bálano o balano (del griego «bellota», en relación a su forma), de ahí el término balanitis. Cuando además afecta al prepucio, la capa de piel que rodea al pene, recibe el nombre de postitis o balanopostitis.

Pero la balanitis también afecta a la mujer, el liquen escleroso, balanitis xerótica obliterans o BXO es de hecho más frecuente en ellas. Otros tipos de balanitis son la balanitis plasmocítica, balanitis circumscripta plasmacellularis o balanitis de Zoon, una dermatosis benigna infrecuente, y la balanitis circinada o circinata, asociada con la artritis reactiva.

Por su parte, el anillo fimótico o parafimosis se da cuando el prepucio queda atrapado detrás del glande y no puede ser devuelto a su posición original. Se produce una estrangulación del glande por este anillo estrecho, provocando su inflamación e impidiendo la retracción.

Estos son los factores o causas más habituales de la balanitis, balanopostitis y el anillo fimótico (referencia):

  • Infección bacteriana, viral o micótica (hongos), siendo la candidiasis la más diagnosticada.
  • Irritación por el uso de jabones fuertes o agresivos.
  • Hábitos higiénicos genitales inadecuados: lavado incompleto del pene (sin incluir la retracción del prepucio), no enjuagarse correctamente el jabón, etc.
  • Insuficiente aireación, haciendo que el esmegma (secreción acumulada) produzca inflamación y edema.
  • Diabetes mal controlada.
  • Enfermedades dermatológicas o inflamatorias como la artritis reactiva, siendo la balanitis un síntoma de las mismas.
  • Cistoscopia, cateterismo uretral o manejo inapropiado del prepucio durante un examen médico.

Terapias de tratamiento de la balanitis y el anillo fimótico

Las principales terapias para tratar la balanitis y el anillo fimótico son:

  • Cremas emolientes o cremas dermatológicas a base de corticoides y restricción del lavado con jabón: tan solo la aplicación de esta medida logró controlar los síntomas en el 90 % de los pacientes de este estudio.
  • Circuncisión: operación quirúrgica consistente en cortar circularmente una porción del prepucio del pene, quedando el glande permanentemente al descubierto.
  • Láser de dióxido de carbono: vaporiza las erosiones crónicas del pene en la balanitis de Zoon (estudio, estudio).
  • Láser YAG con erbio: alternativa a la circuncisión o al láser de CO2 (estudio).
  • Manipulación manual del tejido hinchado: se comprime el glande y se mueve el prepucio a su posición normal con ayuda de un lubricante, compresión en frío o anestesia.
  • Técnica de Dundee: para el anillo fimótico, que consiste en punciones en la piel del prepucio hinchado con una aguja fina para expulsar el líquido del edema (estudio).
  • Otras terapias: eliminación de la piel atrofiada y retraída mediante cirugía, aparato de tracción para estimular la renovación celular (sin cirugía), meatotomía (división del lado inferior del glande), etc.

Propóleo para la balanitis y el anillo fimótico. Cuidados y uso

El propóleo es un antimicrobiano y un antiinflamatorio eficaz contra bacterias, virus y hongos causantes de enfermedades y afecciones inflamatorias de la piel como la balanitis o el anillo fimótico. Es muy útil frente al hongo Candida, como vimos con detalle en este artículo sobre la candidiasis. Además, favorece la curación y cicatrización de las heridas y erupciones cutáneas asociadas.

A continuación te indicamos cómo cuidar y tratar la balanitis y el anillo fimótico o parafimosis así como la candidiasis en hombre (en relación con la balinitis) y mujer, con la ayuda de esta sustancia natural. Sigue estas cuatro rutinas relativas a hábitos de higiene y uso del propóleo:

  1. Utiliza un jabón natural suave que no destruya el pH de tu piel. Esto es especialmente conveniente en la mujer, que incluso debería higienizar la vulva sin jabón, solo con agua.
  • Seca siempre y lo máximo posible la zona. Después de secar con la toalla, usa un poco de papel higiénico para acabar por completo con la humedad.
  • Por último utiliza ungüento, una pomada que cuida la piel, regeneradora y con un antimicrobiano, el própolis.
  • Respecto a la frecuencia, si es necesario, lávate un par de veces al día. Por ejemplo, al levantarte por la mañana y con tu ducha diaria.

Procura asimismo, tras el sexo, no dejar pasar muchas horas sin lavarte, sobre todo si eres propenso/a a tener estos problemas. En el hombre son bastante molestos, pudiendo aparecer heridas, grietas, mal olor, etc.

Si padeces o eres propenso/a a padecer afecciones genitales como balanitis, balanopostitis, anillo fimótico o candidiasis, usa para tu higiene un jabón natural, no agresivo, como el Jabón ecológico de própolis Propol-mel. Nuestro Ungüento de propóleo ecológico te ayudará a regenerar el tejido en la zona afectada y combatir o mantener a raya a los microorganismos infecciosos.

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