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Aunque fue una enfermedad muy grave de la infancia, por suerte hoy día la fiebre escarlata es una infección leve que se cura fácilmente.

Se manifiesta sobre todo en niños en edad escolar, entre los 3 y los 12 años.

Te contamos todo sobre este trastorno infeccioso: qué es y cómo se contrae, cuáles son sus síntomas habituales para saber detectarlo y en qué consiste su tratamiento.

¿Qué es la escarlatina?

La escarlatina, también llamada fiebre escarlata, es una enfermedad causada por Streptococcus del grupo A. Estas bacterias producen un veneno o toxina que provoca un sarpullido «escarlata» en la piel; de ahí su nombre. A veces aparece tras una faringitis estreptocócica

Aunque leve, la escarlatina es contagiosa; se transmite por el aire a través de las gotitas de saliva, o gotas de Flügge. Y debe tratarse para evitar afecciones más graves (complicaciones) tales como la fiebre reumática.

Es más común en los niños, no obstante esta enfermedad bacteriana puede afectar también a los adultos. Tienen un mayor riesgo de padecerla los padres de niños en edad escolar y los profesionales que tienen contacto frecuente con estos, como los educadores.

¿Cómo se detecta? Síntomas de la fiebre escarlata

Estos son los principales signos y síntomas de la escarlatina:

  • Fiebre de 38 ºC o más, a menudo con escalofríos.
  • Dolor de garganta y dificultad para tragar. Al inicio de la enfermedad, la lengua se hincha y presenta un recubrimiento blancuzco; posteriormente se torna enrojecida y con pequeños bultos (lengua «aframbuesada» o «de fresa»).
  • Inflamación de las glándulas del cuello (ganglios linfáticos).
  • Rubor en las mejillas, que contrasta con un área pálida alrededor de la boca.
  • Exantema o sarpullido rojo con tacto lija, similar a una quemadura solar y que desaparece en unos 7 días dando lugar a descamación. Suele comenzar en la cara o el cuello para después extenderse al tronco y las extremidades.
  • Enrojecimiento intenso en los pliegues de las axilas, codos e ingle.

La fiebre escarlata puede provocar también dolor de cabeza y/o dolor corporal, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

¿Cómo se diagnostica y trata la escarlatina?

El médico puede hacer una prueba rápida de estreptococos, que consiste en tomar una muestra de la garganta con un bastoncito de algodón y analizarla para determinar si la causa de la enfermedad son estas bacterias y, por tanto, se trata de fiebre escarlata. O bien un cultivo de garganta, que aunque toma más tiempo detecta infecciones que las pruebas rápidas no.

Si la prueba da positivo, se suelen recetar antibióticos. Estos acortan o reducen el tiempo de la enfermedad, alivian los síntomas y previenen tanto la transmisión de bacterias como las posibles complicaciones.

Junto con el antibiótico —normalmente penicilina o amoxicilina—, el pediatra puede recetar asimismo ibuprofeno o paracetamol para controlar la fiebre y reducir el dolor de garganta.

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5 remedios caseros sencillos y efectivos

Si tu hijo/a sufre de escarlatina, las siguientes son algunas de las medidas recomendadas para calmar el dolor y las molestias asociadas:

  • Guardar reposo. Descansar ayuda al organismo a combatir la infección.
  • Hidratación. Procura que beba mucha agua para mantener la garganta lubricada y facilitar la deglución. 
  • Gárgaras. Hacer gárgaras varias veces al día puede ayudar tanto a los niños como a los adultos a aliviar el dolor de garganta. Puedes hacerlas con agua salada, mezclando 1/2 cucharadita de sal en un vaso de agua tibia —asegúrate de que escupe el líquido después—, o usando tintura de própolis. ¿Cómo? Añadir de 6 a 12 gotas (24 en adultos) de tintura a agua, infusiones, zumo o leche y tomar la mezcla; las gárgaras se hacen antes de tragar para que se impregne bien el própolis en la garganta.

¿Y por qué? El propóleo es eficaz contra las bacterias, entre ellas los estreptococos (estudio, revisión, estudio de la potente acción antibacteriana del própolis verde). Esta sustancia de las abejas es un antibiótico natural. Además, gracias a sus flavonoides, reduce la inflamación (propiedades antiinflamatorias) y calma el dolor (analgésicas). 

Puedes encontrar más detalles en 3 beneficios del propóleo para niños y Cómo emplear la tintura de própolis para los niños.

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Por Elisabeth Lahoz

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