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La voz es el medio que las personas empleamos para comunicarnos entre nosotras. El sonido que los seres humanos producimos haciendo uso de nuestras cuerdas vocales para hablar, cantar o reírnos. 

Pero además de un medio de comunicación interpersonal, la voz es también un medio de vida y de expresión artística. Locutores, cantantes, profesores… las cuerdas vocales son el instrumento de trabajo de muchísimos profesionales.

Hablamos acerca de la importancia del cuidado de la voz, especialmente si trabajas con ella. Y te damos una serie de consejos prácticos para que la mantengas en perfecto estado.

La voz, nuestro instrumento de comunicación

La voz se define como el «sonido producido por la vibración de las cuerdas vocales». O en otras palabras, el sonido que se produce cuando el aire presente en los pulmones pasa por las vías respiratorias (tráquea y laringe), provocando vibraciones en las cuerdas vocales. 

Para generarla, entran en funcionamiento diversos órganos: los pulmones, bronquios y tráquea, la laringe o «caja de la voz», la lengua, el paladar, los dientes, los labios y la glotis, el espacio limitado por las mencionadas cuerdas vocales.

Las ‘enfermedades de la voz’

Cuando tenemos un problema en las cuerdas vocales, emitimos una voz ronca, apagada o entrecortada. Es lo que se conoce como «disfonía», que por lo general se debe a un sobreesfuerzo. 

Pero si esta disfonía no mejora con los días (aproximadamente 10 días), podemos estar ante un trastorno de la voz. Los hay funcionales y orgánicos:

  • Patologías funcionales: causadas por un mal uso o abuso de la voz (forzarla, cantar con una técnica inadecuada, inhalar humo de tabaco u otros gases o beber alcohol). Son habituales en profesionales de la voz como los cantantes, actores, docentes u oradores, recepcionistas, vendedores ambulantes, etcétera. 

Si no se «educa la voz», estas personas pueden ser propensas a desarrollar trastornos o patologías orgánicas en el futuro.

  • Patologías orgánicas: pólipos, nódulos, quistes u otras lesiones congénitas de las cuerdas vocales que afectan a la voz. Pueden ser benignas o malignas, y entre estas últimas la más común es el cáncer de laringe, también llamado cáncer de las cuerdas vocales o más generalmente cáncer de garganta, uno de los más frecuentes en los hombres.

Estas patologías se tratan médica o quirúrgicamente, con cirugía o láser.

10 consejos para cuidar tu voz y garganta

He aquí una decena de recomendaciones prácticas para mantener nuestro instrumento sonoro afinado y en perfectas condiciones:

  1. No fumar, y eso incluye ser fumador pasivo. El citado cáncer de laringe está muy relacionado con el tabaquismo, el alcohol y el reflujo gastroesofágico.
  1. Bebidas alcohólicas, con moderación. Además de por lo anterior, el alcohol provoca una pérdida de líquidos del organismo, resecando entre otras cosas la voz, e irrita la mucosa de la membrana que recubre la garganta.
  1. Limitar la ingesta de comidas excesivamente picantes. Estas causan una mayor producción de ácido, que se va al esófago o la garganta provocando reflujo.
  1. Dieta saludable. Incluye verduras, fruta y, en general, alimentos ricos en fibra y antioxidantes (vitaminas A, C o vitamina E), que ayuden a mantener protegida tanto tu garganta como tu salud global.
  1. Hidratación. Ingiere abundante líquido —agua— para que la mucosa que recubre las cuerdas vocales permanezca hidratada. 

Si vives en un lugar con ambiente seco, puedes plantearte asimismo usar un humidificador. Los expertos suelen recomendar en torno a un 30 % de humedad.

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  1. No forzar la voz. Evita hablar y mucho menos gritar cuando estés ronco/a o en lugares muy ruidosos. Y en entornos amplios, como una clase o un auditorio, considera el uso de un micrófono con amplificador.
  1. Descanso. Además de en los ojos, el cansancio y la fatiga se reflejan también en la voz e influyen nocivamente en ella. Duerme un mínimo de 7 horas diarias. Tu voz y tu salud te lo agradecerán.
  1. Lavar las manos a menudo. Para prevenir infecciones virales, gripe, catarros o resfriados, etc., que afecten a tu aparato respiratorio.
  1. Evitar los enjuagues bucales con alcohol o químicos irritantes. Opta mejor por remedios naturales. Para los gargarismos puedes utilizar, bien agua con sal, bien tintura de própolis añadiendo unas gotitas en un vaso de agua. 

Y para la halitosis o mal aliento, o si sufres irritación de garganta, afonía u otras molestias, puedes usar un espray bucal que mantenga tu aliento fresco y tu boca y garganta protegidas contra agentes externos. 

  1. Practicar técnicas de respiración y realizar «controles» a tu voz. Hablar desde la garganta sin coger aire —con sensación de ahogo— daña la voz. Es importante tomar medidas para mejorar la respiración, esto es, realizar respiraciones profundas desde el diafragma (pared que separa el tórax del abdomen). 

Por último, en caso de duda, si trabajas con la voz, padeces ronquera con asiduidad, sufres molestias a menudo o dolor al hablar… puede ser recomendable consultar al otorrinolaringólogo o el foniatra, acudir a las revisiones periódicas de laringe y voz y/o considerar la terapia de la voz.

Por Elisabeth Lahoz

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