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En el blog vimos ya los tipos de piel que existen: normal; piel grasa; seca; piel mixta, que es una combinación de las anteriores, y piel sensible. Hoy abordamos este último, un tipo de piel cada vez más común —al igual que las alergias alimentarias, la prevalencia de sensibilidades y alergias cutáneas aumenta*—, susceptible a los agentes ambientales externos, predispuesta a los problemas cutáneos y que requiere unos cuidados especiales.

Hablamos de las pieles sensibles, de sus síntomas y cómo cuidarlas. Al final, encontrarás algunos trucos y consejos prácticos para que dichos problemas se reduzcan e incluso desaparezcan por completo.

*Un 50 % de la población europea la padece. Fuente: La piel sensible: un síndrome complejo. Artículo

Pieles sensibles, síntomas

La piel sensible se define como una condición de hiperreactividad cutánea provocada por factores intrínsecos (genéticos, hormonales…) y/o extrínsecos (radiación solar, frío, viento y calor extremos, cambios de estación, polución y contaminación digital*, tabaco, ciertos medicamentos…), así como por el uso inadecuado de cosméticos (exceso de higiene, limpiadores agresivos…).

Este tipo de pieles presentan una reducción de la capa córnea y una disfunción de la barrera cutánea. Lo que condiciona que el umbral de tolerancia de la piel disminuya.

Son signos o síntomas de una piel sensible:

  • Sequedad (xerosis), aspereza, tirantez y descamación en superficie.
  • Enrojecimiento (eritema).
  • Hinchazón, erupciones y ronchas o habones.
  • Hormigueo, picazón y/o ardor.
  • Irritación y, en algunos casos, dolor.

*Luz azul de las pantallas de los dispositivos electrónicos.

De repente… sensibilidad

Cada vez son más las personas que dicen poseer una piel sensible. Si bien, dentro de esta hay distintos grados de sensibilidad: hay pieles extremadamente sensibles o hipersensibles, las llamadas pieles alérgicas, o pieles que muestran sensibilidad de manera puntual, por el uso de un cosmético o tratamiento cosmético que no toleramos, una mala alimentación o el estrés psicológico y la falta de sueño.

Recuerda que, en realidad, más que tipos de piel lo que existen son «estados de la piel», determinados por la edad, las fluctuaciones hormonales, el medio donde vives o factores como los mencionados (nutrición y estrés, entre otros).

Como te decíamos en este otro post, nuestra piel y sus necesidades cambian a lo largo de la vida; presta atención a lo que te pide en cada momento.

Piel sensible a raya, ¿qué productos usar (y, sobre todo, no usar)?

En estos casos se suele recomendar usar productos especialmente diseñados para pieles sensibles, sin alcohol ni perfumes. Pero quizá no sea tanto el qué usar como el qué dejar de usar.

Los cuidados de higiene inadecuados, con empleo de productos agresivos, si no el desencadenante, pueden ser el factor que esté agravando el problema.

Muchos ingredientes de síntesis química o en base petróleo, contenidos también en los productos para pieles sensibles, destruyen la capa lipídica protectora, y tu piel tiene que regenerarse cada vez, volver a empezar. Esto, sostenido en el tiempo, deriva en sensibilidad y trastornos cutáneos crónicos más grave como dermatitis, eccema o psoriasis.

Si tienes la piel sensible, utiliza el menor número de cosméticos y asegúrate de que los que uses sean naturales. Antepón calidad a cantidad; yo lo hice y me fue de maravilla.

Nota: Si las reacciones persisten, acude a un dermatólogo para que realice un correcto diagnóstico de tu piel y su problema concreto.

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8 consejos y trucos para cuidar la piel sensible

He aquí ocho sencillas pautaspara cuidar una piel sensible:

  • Lávala con agua tibia, nunca caliente (reseca la piel) y usa jabón natural o gel de baño natural.
  • Seca con pequeños toques, no frotes la piel.
  • Para hidratar, nutrir y mejorar la función barrera de tu piel, usa cremas naturales y fórmulas de origen natural con efecto calmante, sin siliconas, filtros químicos ni alérgenos.
  • A la hora de elegir maquillaje, opta por cosméticos específicos para piel sensible, sin siliconas o derivados y con activos calmantes. Aunque, de nuevo, cuanto menos mejor.
  • Mantén una rutina diaria de cuidados y desmaquíllate correctamente; sé constante. Esto es aplicable a todo tipo de pieles pero especialmente importante en las sensibles.
  • Evita, en la medida de lo posible, los cambios bruscos de temperatura (aires acondicionados, calefacciones).
  • Si te expones al sol, siempre con moderación y utiliza fotoprotectorespara pieles sensibles.
  • En cuanto a la higiene capilar —sensibilidad en el cuero cabelludo—, usa un champú natural sin parabenos ni sulfatos y productos capilares que no contengan tensoactivos irritantes.

Abandonar los productos de cosmética con sustancias irritantes y agresivas puede suponer la solución definitiva a tu problema de sensibilidad. Hazlo durante algún tiempo y observa si el estado de tu piel mejora; y no olvides contárnoslo en comentarios 😉

Escrito por Elisabeth Lahoz

En Propol-mel no empleamos ingredientes de síntesis química o derivados del petróleo, detergentes, perfumes, conservantes artificiales u otras sustancias que puedan desencadenar o agravar los problemas de sensibilidad.

Nuestros cosméticos están elaborados con ingredientes 100 % naturales, aptos para todo tipo de pieles, incluidas las pieles sensibles. Los encontrarás todos en nuestra sección de Cosmética natural.

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